FEBRERO 2024

lunes, 26 de octubre de 2015

EL TALENTO DE LOS IRREVERENTES


Por Mercedes de la Fuente - Human Resources Director Southern Cone, Tetra Pak

Los intrapreneurs como fuente de crecimiento y dinamismo en las empresas. Identifícalos, genera un ecosistema favorable y ellos hacen el resto.

Los cambios en el mundo cada vez son más vertiginosos, más que nunca se requiere que nos adaptemos con mayor velocidad, y no solo eso sino que desarrollemos nuevas habilidades. Bueno, quizás si analizamos mejor, no siempre son nuevas habilidades, tal vez nos exija revalorizar cosas con las que ya contamos.

En las grandes compañías en los últimos años se ha puesto el foco en contar con estructuras aparentemente más livianas, chatas, que permitan moverse con agilidad y no carguen un costo excesivamente alto a la empresa. Una de las consecuencias de esta política es que se crearon mecanismos por los cuales las compañías deberían poder ser manejadas de una forma más standard, donde se optimice y el molde sirva para todo. Y aunque en su gran mayoría estas son empresas muy modernas, donde el diseño organizacional ha sido desarrollado por consultoras de vanguardia, nos encontramos con que lo que prima es el control y la burocracia.

Me arriesgaría a decir que, el control y la burocracia, son los enemigos número uno de la creatividad, la innovación, la flexibilidad y agilidad. Así, en este contexto nos encontramos con compañías de primer nivel que deben buscar mecanismos alternativos para paliar esta situación. Entonces leemos que grandes compañías se asocian con pequeños start ups para mantener su innovación y para contagiar el intrapreneurship en su organización. O bien que crean estructuras propias pero externas a la organización standard, para que en ese ambiente se pueda trabajar de una manera distinta.

Es que los procesos rígidos, las políticas inamovibles que desembocan en el control y la burocracia le apagaron el espíritu emprendedor a los empleados. Escucho a muchas personas que me cuentan en su empresa es más reconocido seguir un proceso establecido y conseguir un resultado mediocre, que desafiar lo establecido y conseguir algo realmente diferente.

Ahora, si las grandes compañías quieren sobrevivir en el contexto de negocios de hoy en día, deberán cambiar la manera en la que permiten lo diferente, el disenso y la discusión interna. Deberán dejar que los irreverentes establezcan una plataforma para aportar valor a la empresa. Claro, es una situación incómoda, ya que estos emprendedores corporativos, irreverentes por naturaleza indefectiblemente van a poner en tensión lo establecido, lo conocido. Y esta situación en la mayoría de los casos llena de incertidumbre a las personas, que cuanto más alto están en la pirámide organizacional se vuelven más conservadores tratando de minimizar el riesgo.

Pero como decíamos antes, ya es una cuestión de supervivencia que las empresas se muevan mucho más rápido para crear y ejecutar sus ideas. ¿Ustedes creen que las grandes compañías pueden sostener proceso de innovación de más de un año de duración por mucho más tiempo? Imaginen todo lo que cambia en 12 meses, ya no se pueden dar este lujo.

La manera de hacer frente a este desafío es desarrollar el talento emprendedor, la irreverencia, la rebeldía, para continuar en carrera.

Un emprendedor interno, o intrapreneur, tiene la capacidad de innovar. Es una persona que busca oportunidades continuamente, que detecta problemas y busca como resolverlos, que está preguntándose todo el tiempo el por qué y para qué de las cosas. Es muy bueno para pasar a lo concreto por lo cual esas ideas, oportunidades o soluciones las transforma en iniciativas que sabe vender y crear una base de consenso para llevarlas adelante. Ojo, que en la mayoría de los casos esto no es sencillo, ya que no olvidemos que su hábitat es una empresa con procesos de control que no buscan destacar lo diferente, sino que buscan sistematizar, optimizar y estandarizar. Entonces el emprender tiene otras herramientas, como la influencia, la capacidad de levantarse y sortear los obstáculos. Por otro lado es una persona fuertemente proactiva, que se automotiva, y que habitualmente inicia el mismo sus desafíos, ya que (como decíamos antes) detecta las oportunidades y él mismo propone trabajar sobre algo nuevo, no lo hace porque tiene un jefe atrás presionando. Diría que es al revés, el emprender presiona al jefe que esta tranquilamente en su zona de confort. Es un adicto a la acción, con lo cual es muy astuto para armar su estrategia y podrá analizar muchas variables, pero su esplendor lo encuentra implementando, ejecutando aquello que pensó.

A todas las características que antes mencionamos tenemos que sumarle que el emprendedor interno es capaz de desplegarlas en contextos de ambigüedad e incertidumbre. De hecho estos ambientes los motivan, los llenan de adrenalina. Y el último ingrediente que falta para que realmente estos perfiles sean un driver para potenciar los negocios es la tolerancia y búsqueda del riesgo con su pizca de irreverencia.

Si las grandes compañías quieren continuar en carrera y crecer, deberán replantear sus procesos de detección de talentos, para poder identificar y mantener en sus radares a estos emprendedores rebeldes.

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