FEBRERO 2024

lunes, 30 de enero de 2012

PRESENTACIONES SIMPLES Y EFICACES


Por Alejandro Melamed - Vicepresidente de Recursos Humanos para Latinoamérica Sur de Coca-Cola. Autor del libro "Empresas + Humanas".

Hace más de 20 años que tengo la posibilidad de vivir día a día en las organizaciones y conocer experiencias cotidianas. Uno de los fenómenos que he visualizado que ha crecido exponencialmente es el de las reuniones basadas en presentaciones. Muchas veces me pregunto si algunos de los que trabajamos en las empresas (o para las empresas) somos diseñadores gráficos y actores o bien debemos gestionar la comunicación con un enfoque superador.


Al recorrer los pasillos de las compañías, es muy común ver a gerentes, analistas y secretarias invirtiendo gran parte de su tiempo en poner un color u otro, buscando la imagen más impactante y pensando en el peso y la cantidad de páginas que tendrá su archivo o qué se puede hacer para impresionar más a la audiencia. Del mismo modo, a medida que se va acercando la tan temida fecha de "la presentación", los nervios empiezan a crecer, las noches a hacerse cortas y la mente comienza a buscar recursos adonde sea. El único objetivo: pasar la tan temida "prueba" lo antes posible y ojalá salga todo bien.

Otro aspecto no menor es el tiempo dedicado a preparar la información de respaldo (backups) que se genera "por si me llegaran a preguntar algo que no sé".

En muchas empresas, para ser exitosos, debemos pasar por cursos de presentaciones eficaces, en los que nos enseñan a diseñar hermosas diapositivas, mover adecuadamente las manos, proyectar la voz con soltura y pararnos correctamente.

Creo que un enfoque mucho más productivo es el de considerar las reuniones como un verdadero espacio de discusión, en el que las ideas puedan fluir ordenadas y educadamente, en el que la escucha activa y la participación democrática en el proceso de toma de decisiones sean el eje y el centro.

Si el tiempo dedicado a la cosmética lo reinvertimos en contenidos, si en lugar de prepararnos tanto para el "por si acaso" tenemos la honestidad intelectual de admitir que ese punto no estaba considerado y la respuesta la brindaremos en otro momento, si las presentaciones se transforman en diálogos civilizados y productivos -y no en "ir a vender ideas"-, y nos posicionamos en discutir propuestas, todos ganaremos en ahorro significativo de tiempo, nervios y energía improductiva, incremento sustancial de ideas, capacidad de diálogo y decisiones superadoras.

Hablar "de corazón a corazón", con sencillez y simplicidad, quitando ostentación y complejidad, no implica mediocridad, todo lo contrario. Considero que muchas veces se ocultan detrás de la parafernalia de la maravillosa presentación muchos temores, y detrás de la gran actuación una alta dosis de inseguridad y debilidad. Se dice que es muy simple ser complejo y muy complejo ser simple. Volvamos a lo simple y seamos felices.


Publicado en La Nación y en este blog con expresa autorización del autor.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Me encantó el artículo de Alejandro Melamed. Hace poco tuve la oportunidad de participar de una reunión, donde el expositor se lució con efecto de power point, y una filmina era más impactante que la otra. Pero sabés, que era una reunión de RH y en ningún momento se habló de las personas... A veces se repite lo de los espejitos de colores, el problema que los que los compran son los altos directivos. Me parece buenísima la frase de hablar " de corazón a corazón" y que las reuniones sea para discutir ideas.
Santiago Olmedo