FEBRERO 2024

domingo, 8 de marzo de 2009

LIDERAZGO ETICO - ETHICAL LEADERSHIP


Por Luis del Prado

Director de la Fundación Empresa Global.
Coordinador del Programa de la Empresarialidad Dinámica en Argentina del FOMIN (BID)
Licenciado en Administración de Empresas (UCA).
Executive Program for the Americas (M.I.T. Sloan School of Management)
Profesor Invitado en el Master en Administración de Empresas de la Université de Pau et des Pays de l´Adour (Institut D´Administration des Enterprises) Pau-Bayonne (Francia).


Uno de los grandes desafíos que se plantean aquellos que tienen la responsabilidad de conducir personas, puede resumirse en el siguiente interrogante: ¿cómo liderar efectivamente en un contexto como el actual, pleno de desesperanza y preocupación?
Quizás una de las pocas respuestas a esa pregunta sea tratar de construir una relación de liderazgo basada en la ética.

La influencia es la esencia del liderazgo. Los líderes pueden tener un impacto sustancial sobre la vida de sus seguidores y sobre el destino de una organización.
El problema fundamental no es si los líderes utilizarán su poder, sino de qué manera lo utilizarán.
A pesar del creciente interés en el liderazgo ético, no existe consenso sobre la forma adecuada de definirlo.
No hay un terreno éticamente neutro para las teorías del liderazgo, porque siempre implican valores y supuestos implícitos sobre las formas de influencia que se consideran adecuadas.

El liderazgo ético es un concepto ambiguo que incluye diversos elementos. Resulta útil distinguir entre la ética de un líder individual y la ética de los tipos concretos de conducta de liderazgo.
Hay varios criterios para juzgar la ética de los líderes individuales, incluyendo los valores, la etapa de desarrollo moral, las intenciones conscientes, la libertad de elección, el recurso a una conducta ética o inmoral, y los tipos de influencia que utiliza una persona. Los líderes famosos suelen tener una combinación de fortalezas y debilidades respecto a estos criterios.

Una dificultad para evaluar la moralidad de los líderes individuales es la subjetividad inherente a la determinación de los criterios que se van a utilizar y su importancia relativa. La valoración final puede estar influida tanto por las cualidades del que valora como por las cualidades del líder.
Los juicios sobre la ética de una determinada decisión o acción suelen tener en cuenta los fines, el grado en que la conducta es coherente con las normas morales (medios), y las consecuencias para uno mismo y para los demás (resultados). Se suelen analizar los tres criterios en relación con los demás, y una cuestión común es el grado en el que el fin justifica los medios.
Las normas morales que se utilizan para evaluar los medios incluyen el grado en que la conducta del líder incumple las leyes básicas de la sociedad, niega los derechos de los demás, pone en peligro la salud y la vida de otros individuos o incluye intentos de engañar a los demás en beneficio propio.

Es interesante analizar los conceptos que tienen sobre liderazgo ético algunos autores que han abordado el liderazgo desde una perspectiva amplia.

Por ejemplo, James MacGregor Burns , el rol fundamental del liderazgo consiste en aumentar la sensibilización sobre las cuestiones éticas y ayudar a los individuos a resolver los conflictos de valores. El autor describió el liderazgo transformador como un proceso en el que los líderes y seguidores se llevan mutuamente a niveles superiores de moralidad y motivación. El objetivo es ayudar a los seguidores a ser mejores personas.

Ronald Heifetz propuso que el rol fundamental de los líderes consiste en ayudar a los seguidores a afrontar el conflicto y a encontrar formas productivas de abordarlo.

Heifetz también describió al liderazgo como un proceso en el cual los líderes influyen sobre los individuos, y también movilizan los esfuerzos colectivos para lograr un trabajo de adaptación. Los líderes influyen a través de la racionalidad, la interpelación a los valores y la autoridad formal.

Robert Greenleaf propuso el concepto del líder como servidor. Para el autor, el servicio a los seguidores es la principal responsabilidad de los líderes y la esencia del liderazgo ético.
El servicio incluye el cuidado, la defensa y la delegación de poder a los seguidores. Para ello, este tipo de líderes deben comprender a fondo a los seguidores para poder determinar cuál es la mejor manera de satisfacer sus necesidades.

Una pregunta interesante es la razón por la cual hay diferencias de conducta ética entre los líderes.

Una respuesta proviene de las teorías sobre el desarrollo moral cognitivo.

Lawrence Kohlberg propuso un modelo para describir cómo progresan los individuos a través de seis etapas de desarrollo moral a medida que van creciendo desde la infancia hasta la edad adulta.
Con cada etapa sucesiva, el individuo desarrolla una mayor comprensión de los conceptos de justicia, responsabilidad social y derechos humanos. En el nivel más bajo de desarrollo moral, la motivación principal es el interés personal y la satisfacción de las propias necesidades.

En el nivel intermedio, la motivación fundamental consiste en satisfacer las expectativas del rol y las normas sociales determinadas por los grupos de pertenencia, las organizaciones o la misma sociedad.

En el máximo nivel de desarrollo moral, la principal motivación consiste en satisfacer los valores y los principios morales internalizados. Un individuo que se encuentra en este nivel puede desviarse de las normas y correr el riesgo de padecer un rechazo social o una pérdida económica para alcanzar un importante objetivo ético.

A diferencia del proceso biológico, el desarrollo moral no es inevitable, y algunas personas terminan estancadas en diversas etapas. Como se señaló en párrafos anteriores, la etapa del desarrollo moral es uno de los criterios utilizados para evaluar a los líderes individuales. Un líder que tiene un alto grado de desarrollo moral suele ser considerado como una persona más ética que otra que se encuentra en un nivel de desarrollo inferior.El liderazgo ético también está relacionado con las necesidades individuales y los rasgos de personalidad de los líderes. Es más probable que se produzca una conducta auto-destructiva en el caso de los líderes que tienen rasgos de personalidad tales como un elevado narcisismo, una escasa madurez emocional y una orientación hacia el poder personalizado.

Este tipo de líder tiene más probabilidades de pensar que los demás individuos no son dignos de su confianza y de considerarlos como objetos a los que puede manipular para su beneficio personal. El líder utiliza el poder para explotar a los demás y avanzar en su propia carrera en vez de intentar alcanzar los objetivos de la organización.

Los líderes emocionalmente maduros con un alto grado de desarrollo moral cognitivo tienen más probabilidades de poder resistirse a la presión social para que utilicen prácticas destructivas o inmorales.

La investigación acerca de las cuestiones éticas del liderazgo es un tema relativamente nuevo y todavía queda mucho por aprender al respecto.




MacGregor Burns, James. (1995). Leadership. Harper torchbooks, New York, USA.
Heifetz, Ronald. (1999). Leadership without easy answers. The Belknap press of Harvard University Press. Cambridge, Massachussets, USA
Greenleaf, Robert. (1991). Servant leadership. Paulist press. New York, USA.
Kohlberg, Lawrence. (1984). The psychology of moral development. Harper & Bros. New York, USA

1 comentario:

Anónimo dijo...

Muchas gracias por el articulo. Creo que el mejor y mayor aporte que desde el ambito privado (empresariado) se puede hacer hoy dia en Argentina, es consolidar y difundir un liderazgo etico que pueda ser evaluado -y ojalá- adoptado por el resto de los nucleos de actividad sociales (estado, gremios, asociaciones civiles, etc.); si eso ocurre, no tengo dudas que nuestra sociedad se desarrollará integralmente.